jueves, 27 de diciembre de 2012


Despierto.


La Luna creciente se encuentra a un lado del carril en el que me encuentro. A mi izquierda una pradera muerta por el frío invernal que se pierde entre las luces del alumbrado de la civilización en el infinito. A mi derecha una boscosidad más oscura que la propia noche, débilmente azulada por la Luna.

Me hallo en medio de un carril de la nada y despierto.

Algo me llama. Algo dentro de mí quiere encontrarse con lo desconocido, con lo mágico, con lo prohibido.
Algo dentro de mí me llama a perderme por lugares extraños. Lugares solitarios, en comunión con la naturaleza y los seres de este y otros planos. Hadas, brujas y meigas. Gigantes, búhos, faunos, árboles parlantes y cualquier rareza animada.

No sé cómo explicar éso que te sale que te dice que dejes todo y que vayas al bosque a vivir. Sólo.

Hace varios años me dije de hacer el Camino de Santiago yo sólo. Y sigue pareciéndome una idea fabulosa. Pero me gustaría llegar a más.

Me gustaría ser parte de la ficción y de la fantasía que el ojo civilizado y cerrado no tamiza.

Me gustaría que ésa llamada fuera tan fuerte en mí que me arrastre a élla.

Entonces vuelvo a dormir.


Un coche se avecina en lo alto de la carretera y me aparto para que no me coja. Voy a casa de mis abuelos a dormir, que ya es pasada la medianoche.



PD:
que te regalen Hellboy es lo que tiene.

jueves, 29 de noviembre de 2012





Who will measure the dimensions of antumnos?
Who can tell the gauge of its veil?
Who can manifest the size of its maw?
And infer the value of its stones?








viernes, 23 de noviembre de 2012

Manos y truenos.


Uprimm miró a Nahai y llevó su índice en busca de sus labios. Ambos, agazapados habían encontrado un oso al haberse adelantado tanto, y se encontraban atentos entre los arbustos. Uprimm a escondidas, tensó su arco.

Nahai había crecido bastante desde que lloró aquélla vez en el Altar de la Luna,  uno de sus lugares secretos de la infancia. Ahora era un hombre. O así se hacía llamar. Nueve años después,  había crecido en altura, aunque no tanto como Uprimm, ni era tan rubio, ni tan fornido, ni tan tosco. Y apenas tenía barba. Lo que también había crecido era esa singular y elevada temperatura corporal, además de otras nuevas habilidades.

El oso, alertado, levantó la pesada cabeza y buscó olfateando un cierto olor a quemado. Quizás, el hecho de que Nahai fuera flamígero podría presentarle ciertas desventajas ante un olfato animal agudo. Uprimm, al ver que la bestia dirigía la mirada al mal escondido Nahai, cogió un guijarro y lo lanzó en sentido contrario al del mitad kalkrita. El oso entornó las orejas y seguidamente el hocico hacia el sonido del guijarro, dándole a Nahai una oportunidad que le costaría la vida al oso. Nahai salió de su escondite danto un poderoso salto mientras que Uprimm soltaba una flecha dirigida al gaznate del animal.

La flecha se hundió en el grueso pelaje del animal momentos antes de que éste pudiera reaccionar ante Nahai, del que salió un chorro de fuego de su mano brillante hacia el indefenso animal. Al momento, el oso cayó muero y algo quemado sobre el húmedo suelo del bosque. Uprimm y Nahai eran cazadores. Los años de niñez habían quedado atrás, y donde antes hubo diferencias, ahora existían fuertes lazos de unión. Así eran los kralkrien. Un pueblo frío como el invierno a primera vista, pero para quienes les conocen, tan cálido como las camas kalkrita.

Uprimm sacó la flecha del gaznate y la limpió entre sus ropajes. Bastantes, pero adecuados al frío que hacía. Nahai, sin embargo iba mucho más ligero de ropa y tendió su mano a Uprimm con una sonrisa:

- Nahai, con la mano incandescente no, hermano, que quiero conservarla.

- Oh, disculpa, ahora la enfrío - Hizo unos aspavientos con el brazo, aún al rojo vivo, hasta que poco a poco se enfrió y tomó su color normal -. Mira, aún me quedan lenguas de fuego.

Uprimm observó atónito cómo se apagaban poco a poco las lenguas que surgían azarosas en la palma del flamígero compañero.

- Nahai, mi abuela me contó que existen gente como tu padre que cazan con truenos y rayos...
- ¿Con truenos y rayos?
- Sí, según me contaban había gente en el sur que usaban "varas" echas de hierro o materiales más brillantes y ligeros para cazar. ¡Lo usaban a modo de arcos! Algunos sonaban como truenos, pero no se veían flechas y otras varas eran tan silenciosas como la noche, pero sí lanzaban rayos a mucha distancia.
- ¿Varas que lanzan truenos y rayos? Uprimm, tu abuela ya ha vivido muchos inviernos...
- ¿Crees que vendrán gente como tu padre alguna vez a la aldea? Nos podrían enseñar con varas.
- No lo sé. Ya te he dicho que no sé nada de mi padre. Silba y llama a los demás. Hoy, habiendo cazado ésto eres capaz de cortejar a la muchacha de tus vecinos. Ya sabes, yo digo que me salvaste del oso y ya tú te inventas el resto...

Uprimm le golpeó la espalda jocosamente y silbó. Teniendo el fuego de Nahai y las flechas de Uprimm, no harían faltas "varas" en los largos inviernos kralkritas, pensó el muchacho de fuego.

martes, 30 de octubre de 2012

La piedra del altar a la Luna.

Era la tercera nevada del otoño después del cálido verano, y bien entrada la noche, Orsoff salió de su cabaña bien abrigado. Nevaba suavemente, pero el frío helaba  incluso a sus largos cuarenta años y a través de su espesa barba rubia.

El hombre kalkrita salió del claro donde se hallaba el poblado para adentrarse en los bosques. La noche era tan silenciosa como la nieve, que caía sosegada entre los árboles. Buscaba al muchacho. Nahai no tendría los diez años de edad, pero ya se conocía montaña y media y había descubierto sus sitios favoritos, contados en "extremo secreto" a su cuidador, el norteño kalkrita, donde solía  perderse cuando se metía en problemas.

Orsoff, tras un pequeño rato subiendo cuestas y apartando varias ramas de varios matorrales llegó a un pequeño círculo natural de árboles. La tierra cubierta por la nieve sólo se veía interrumpida por una gran roca casi tan blanca como el manto blanco caído del cielo. Y en lo alto de la roca, estaba Nahai.

Nahai no era como los kalkrita. No era un kalkrita, al menos en apariencia. Mientras que sus vecinos eran altos, anchos, de facciones toscas y cabellos tan claros como la piel y los ojos; el joven Nahai no era tan alto, tan ancho, y tenía las facciones un poco más armoniosas y los cabellos mucho más ocuros que los demás. Era el único moreno de la aldea. Nahai era diferente a los demás kalkritas. Y éso era sabido y admitido por todos.

Orsoff se acercó al muchacho que, cabizbajo, aguantaba los mocos y las lágrimas que le recorrían las mejillas. Le puso su mano en su hombro pequeño y le dijo:

- Hace frío, y deberías volver a la casa. Regiynna y yo estamos preocupados por tí, hijo. ¿Por qué lloras?

Nahai se secó las lágrimas y sin mirarle, le dijo:

- No quiero. Estoy harto. Uprimm, Vsorn y Frenjnir me han vuelto a molestar. - intentó sosegar los sollozos pasándose la mano y el antebrazo por la nariz con un sonoro resultado-. Me gritaban que era diferente, que tenía el pelo negro como el carbón y que no tenía padre y que no era de la aldea.

Mientras Nahai seguía llorando, Orsoff se sentó al lado suya y le abrazó. Nahai estaba ardiendo aunque no estaba enfermo. Tenía poca ropa: una camisa de lino y un faldón. Poco abrigo para el frío que hacía. Pero Nahai siempre fue así. Siempre tuvo la piel muy caliente. Mucho más que el resto de habitantes de la aldea. Orsoff le secó las lágrimas y pudo verle los ojos marrones al muchacho, que tras suspiros le preguntó:

-¿Quién es mi padre?

Tras un silencio largo, Orsoff continuó:

- Tu padre fue un hombre que vino a la aldea hace ocho años. Era un hombre muy sabio y joven, y venía de las cuidades mecánicas del sur. Traía muchos aparatos raros y brillantes por los cuales era perseguido por sus amigos de la ciudad. En el pueblo conoció a tu madre, que tras darte a luz se tuvo que marchar con él.

- ¿Por qué no se quedaron conmigo, Orsoff? Yo quiero conocerles, ¿porqué no se quedaron conmigo?

Orsoff desvió la mirada y cambió de tema:

- Tuvieron que irse para protegerte. Dejemos este tema. La madre de Uprimm me ha contado que les has hecho la cosa ésa del fuego que tengo prohibida hacer. Recuerda que es un secreto entre tú y yo...

- ¡Es que Uprimm me molestaba! Me empezaban a tirar piedras y ramas para que se lo enseñase, pero yo no quería, ¡no quería! Me da mucho miedo. Y me persiguieron por el bosque y me seguían gritando cosas malas... Y... Y tuve que hacerlo para que me dejaran en paz...

Orsoff le abrazó y le calmó al momento que el pequeño rompía a llorar de nuevo.

- Vámonos a casa, Nahai. A partir de ahora vendrás más con los mayores y menos con los muchachos ésos. Nadie se va a meter contigo más. Pero no vuelvas con lo del fuego hasta que yo te lo diga, ¿vale?

- Va... Vale...


A cada paso que Nahai daba de vuelta a casa, la nieve se deshacía a sus pies. Y él, sorprendido, miraba...

martes, 25 de septiembre de 2012

El dilema del Sol y la Luna.

Érase una vez que se era, un príncipe hijo del Sol. Vivía en el horizonte y salía a dar paseos a saludar a la Montaña y al Valle, a la Costa y a los fresnos del bosque. Le gustaba mucho mirar en lo alto de las nubes a toda la tierra bajo sus pies y bajar a charlar con la hierba fresca de la mañana antes de ayudar a su padre.

Un día, cansado tras una jornada como otra, el príncipe se despistó por la Tierra y acabó en un lago y le dió la noche. Allí  encontró a la recién levantada princesa de la Luna, que le miró extrañada al joven príncipe.

La princesa  se le presentó. Al príncipe le pareció el ser más hermoso de todo el planeta y cayó prendado de su luminosa belleza. Él le dijo que se había perdido y que no encontraba el camino a casa. Élla le ofreció pasar la noche con la princesa en el lago y el príncipe aceptó.

Fue una noche muy divertida para los dos. Tanto, que al día siguiente repitieron. Y al día siguiente, volvieron a repetir. Los dos disfrutaban uno del otro todos los días y todas las noches y fueron muy felices.

Sin embargo, el príncipe era hijo del Sol y la princesa de la Luna, y cada vez que se reunían se sentían más y más cansados por el paso de los días.

Ambos jóvenes estaban tristes.

El príncipe estaba triste ayudando a su padre a iluminar, y la princesa cansada de cuidar de la noche con su madre.

Una vez quedaron tras el paso del tiempo pero el príncipe, agotado, cayó rendido ante la también cansada princesa. Ella le recogió, se sentó y apoyó la cabeza del príncipe en su falda, y se le ocurrió una idea para poder seguir viéndose.

Cuando la princesa acabase su turno, iría a descansar con el príncipe y el cuidaría de ella durante el día. Y el príncipe, al acabar su jornada, iría a descansar junto a la princesa, que la arroparía en el brillo de la noche, para estar junto a ella todas las noches del mundo. Y ella, para estar junto a el todos los días del mundo.

Y así fue como al final, todo salió bien.




sábado, 22 de septiembre de 2012

La metamorfosis azul y la bruja de la torre.

Soñé que me encontraba frente a una casa. Una mansión de más de tres plantas, bastante estrecha, con varias alcobas de madera. Parecía abandonada en medio de aquél claro del bosque, con aquellos árboles tan húmedos, altos y muertos como el color de la madera que revestía la casa.

Me daba miedo, pero decidí escalarla. Decidí no era exactamente la palabra, porque pensaba que había alguien allí, y automáticamente mi cuerpo (o mi sueño) me llevó a trepar.

Me coloqué en una de las esquinas y comencé a trepar. Poco a poco la madera de la mansión pasó a ser piedra del mismo color, como si la mansión estuviera hecha de ésta, y ahora tenía pequeños torreones como para darle a la mansión un aire medieval.

Cuando llegué a lo más alto de una torre, me apoyé en un tejado lo suficientemente inestable para que cayera al suelo, causando un gran estruendo. Sin embargo, no pasó nada. Seguí escalando en ésa torre hasta alcanzar una ventana. Dentro de la ventana había una habitación iluminada y moderna, con un escritorio justo junto al cristal. Había una mujer. No era especialmente guapa, pero tampoco fea. Llevaba el pelo negro largo y algo rizado y facciones delgadas, y unas gafas. Sus ojos despertaron de la lectura en la que ella estaba sumida y me miraron preguntándose qué clase de bestia azul había aparecido trepando hacia su ventana.

Una gárgola, un troll, un espíritu faérico del bosque. En definitiva, un ser azul con garras en vez de manos que rompió el cristal y agarró a la joven que parecía sorprendentemente alegre de encontrar a algo o alguien que parecía haber estado buscando en los libros. Parecía hasta bruja. Pero élla se dejó agarrar.

Mi yo azul desconocido dió un salto hacia atrás de forma increíble precipitándose al vacío para llegar segundos más tarde al suelo y rodar varios metros con la mujer entre mis brazos para protegerla de daño alguno.

Ella encima mía parecía feliz de haber encontrado al ser que llevaba buscando, y yo, extrañado y encerrado en aquél cuerpo me limitaba a observar tal fenómeno. La muchacha comenzó a recitar palabras tan antiguas como el bosque y a mover los dedos sobre mi pecho, dibujando círculos antiguos y paganos.

Y ahí acabó mi sueño.



viernes, 31 de agosto de 2012

Se apagó la luz y la cábala se sumió en el abrazo de la oscuridad.

Entre las sombras pude distinguir cuatro monstruos. Mi sentido y mi razón abandonaron mi cuerpo tan pronto como oí sus gemidos lastimeros. Alguien había dejado abierta la compuerta que mantenía en el letargo a esas cuatro aberraciones. Para que yo las viera, para que ellas me encontrasen.

La primera se dejó dibujar ante la temblorosa luz de la linterna que sujetaba, sudorosa, mi mano. Era pequeña y rechoncha y sólo tenía un ojo que parecía ver más allá de mi carne.

La segunda de las que apareció de la Nada era normal, excepto que de su frente salía un enorme cuerno largo cuya punta parecía cortar lo negro y me señalaba con uno de sus dedos huesudos.

La tercera de ellas me llenó más de pavor. En su cara se asomaban cuatro ojos y dos bocas llenas de afilados dientes que rechinaban y exhalaban vapores profanos y susurros impíos.

Y la última. una figura negra, más alta que las anteriores; cuyos brazos se alargaban hasta el suelo y parecían que me iban a agarrar el corazón en un santiamén.

Las cuatro acercándose lentamente. El frío trepa por mis piernas y se mezcla con el sudor de mi nuca.

Me han abierto las puertas al Infierno.

viernes, 24 de agosto de 2012

Todo va de puta madre hasta que el contador vuelve a cero.
Mal para unos por X.
Mal para otros por Y en respuesta de X.
No es fácil ninguna de las dos.

Algo así. Las mates son un rollo. Nunca se me dieron bien. No sé qué pensar de mí a pesar de que hace no pillo un libro de mates en condiciones desde Bachiller.

Ojalá fuera siempre de mente lúcida. Tengo culpa de no tomarme con filosofía las matemáticas, pero también es que son tan complicadas como yo.

Puta mierda de todo.

viernes, 17 de agosto de 2012

Ojalá pudiera.
Me muero por tomar el Santo Grial.
Siracusa está tan lejos...

Dios me ha encomendado esta misión.
Pero han tomado el puente de Damasco,
Y aún no se sabe nada.

Toca esperar y a reposar las heridas,
para mañana levantar y volver a la arena,
Ojalá pudiera finalizar la misión que Dios me ha encomendado.

http://www.youtube.com/watch?v=oClJx_gakPQ

miércoles, 25 de julio de 2012

Soneto.

En mi piel sólo un recuerdo existe
que mi mente de vislumbrar no deja,
Y es el paso de tus labios que aleja
mi esencia primordial, que aún resiste.


Fogosa mirada que sí persiste,
Sonriente y brillante Luna refleja,
¿Cómo escapar ante tal compleja
belleza que suavemente me embiste?


Anonadado y abatido me hallo,
tu presencia onírica me tiene en vilo 
desde el ocaso hasta que canta el gallo.


Me levantaré al lorenzo intranquilo
e iré a tu palacio de carne y hueso a caballo
para robarte un beso en el sigilo.

lunes, 16 de julio de 2012

I see your Star

I set my sail
fly the wind it will take me
back to my home,
sweet home
Lie on my back
clouds are making way for me
I'm coming home,
sweet home
I see your star
you left it burning for me
Darling,
I'm here Eyes open wide
 feel your heart and it's glowing 
I'm welcome home, 
sweet home 
I take your hand 
now you'll never be lonely 
not when I'm home, 
sweet home 
I see your star, 
you left it burning for me 
Darling, 
I'm here

martes, 10 de julio de 2012

Cthulhutech: La última hora de Carson City.


A continuación, queridos oyentes de "La Hora Prohibida", les dejamos con la audio-crónica de Claire Bennett, donde nos contará los últimos momentos de la arcología Nevada antes de su destrucción. Como ya saben, esta cadena no está autorizada a dar este tipo de información clasificada. Sin embargo, creemos oportuno su distribución para que nuestros seguidores sepan la realidad de los hechos.


Eran las siete de la mañana y lo que se sospechaba se tornó realidad. Las centralitas de Defensa del Nuevo Gobierno Central el 17 de Julio de 2085 no dieron abasto en la magna arcología de Carson City, Nevada. La arcología, que es el nombre que reciben las muy escasas megaciudades autosuficientes en la Guerra del Eón, se halla en un peligro inminente calificado por el Nevada Journal de forma no oficial como DEFCON 2, mientras que el directivo de la centralita, Johnathan Marshall, aseguró a gritos la situación de DEFCON 3 a los medios de comunicación después de interrumpir las emisiones de radio y televisión holográficas.


[...]


La "amenaza" llegó a ser visible en el horizonte a las ocho horas y cuarenta y dos minutos, seguida de centenas de pequeñas tropas terrestres alienígenas Migou junto con varias decenas de "insectos" aéreos del planeta Plutón que apoyan a estas tropas extraterrestres. Lo que parece ser la Migou "reina" es una colosal criatura gargantuesca rodeada de caparazones, antenas y multitud de afiladas extremidades que se dirigían impasible hacia la última Arcología del estado de Nevada. 


Éste es el último de la veintena de ataques registrados en las últimas semanas, pero nunca habían sido tan aterradores como el que la megaciudad va a verse involucrada. De hecho, aún no han finalizado las reparaciones de la barrera de defensa TOG443, esencial en la protección primaria contra ataques alienígena y seriamente dañada cuatro días atrás. Los paneles Mervosónicos 8UUP y 5UUT se encuentran en éstos momentos inhabilitados y los grandes cañones de Gauss están a un cuarenta y cinco, cincuenta y setenta y cinco por ciento de sus capacidades.


La población de la arcología de Nevada se encuentra en el caos y el desconcierto reina en las calles más principales, donde puedo ver desde aquí calles cortadas, tráfico parado y multitud de personas huyendo en busca de un lugar seguro. Los altercados cada vez son más sonoros y la policía se halla de camino, aunque con efectivos insuficientes. Los militares poco a poco van llegando, aunque no parezcan que vayan a venir muchos más. Como fuera, van muy bien armados y me comunican que se ven capaces de manejar la situación. 


[...]


Son las ocho y cincuenta minutos y parece que se van poco a poco despejando a los civiles mientras la amenaza de la reina Migou avanza impertérrita hacia la ciudad a menos de cinco minutos. Es... increíblemente enorme... y horrible. Las tropas insectoides son muchas más de las que había imagi... observado antes. 


[...]


Es realmente aterrador. El aire se llena de zumbidos insectoides y es realmente aterrador. Aterrador. Hay Migou hasta donde alcanza la vista ocupando todo el desierto de Nevada ante la pequeña megaciudad... Nunca hubiera imaginado algo así, por el amor de Dios...


[...]


Ocho y cincuenta y tres minutos: ¡Ahí están los "bichos"! ¡Alguna que otra avanzadilla Migou está recorriendo la ciudad, pero...! ¡Oh, Dios! ¡Son muy pocas las fuerzas del Nuevo Gobierno Terrestre! Aunque diezmen estas cuadrillas alienígenas con más o menos soltura, creo que a mi juicio no son conscientes de la ingente cantidad de "bichos" por llegar, sobre todo con la Reina Migou a punto de llegar a la ciudad... 


Creía que el Nuevo Gobierno iba a ser capaz de reaccionar con tiempo ante un ataque así, habiendo sabido que esta arcología ha sido últimamente asediada... ¿Acaso ya sabía el N.G.T. de la posición de las tropas enemigas? ¿Hemos sido abandonados a las puertas de una invasión alienígena? ¿O es que no hay tantos efectivos militares como se rumorea? En cualquier caso, parece que nuestros efectivos de tierra apoyados por los sistemas de defensa de la ciudad y varias escuadras de tanques parecen haber tomado posiciones y me comunican que van a entablar la que posiblemente sea la más "heroica" batalla sucedida en nuestra ciudad. 


[...]


¡Sí, oh, Señor, sí! ¡Al fin! ¡acaban de llegar por aire tres escuadrones de Mechas de combate de última generación! ¡Son enormes! ¡Vamos, vamos! ¿Y éso de allá? ¿Podrá ser un trío de Engels? ¡¡Sí, así es!! Está bien, comenzaré a retransmitir de nuevo... ¡He aquí, Claire Bennett, retrasnmitiendo lo que va a ser la más gloriosa de las batallas de la Guerra del Eón! ¡Éllos son muchos, demasiados quizás! ¡Pero nosotros tenemos a nuestro ejército, los mechas, los Engels, nuestra Arcalogía y nuestras ganas de vivir! ¡Sí! ¡Oh, Señ---------------------------








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POR FAVOR, RECUERDA QUE NUESTRAS OFICINAS ESTÁN ABIERTAS EN LA ARCOLOGÍA MÁS CERCANA. NECESITAMOS GENTE COMO TÚ EN ESTA GUERRA, NUESTRA GUERRA. ¡LUCHA POR NUESTRA LIBERTAD! ÚNETE A LA CAUSA.




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miércoles, 27 de junio de 2012

Abrí la nota y decía algo así como:

"Un día levantarás un muro. Un día cuando el trigo sea tan radiante como el Sol. Cuando a la sombra le falte la humedad.


Colgarás telas de colores sobre el muro polvoriento y blanquecino, pondrás cestos de mimbre y juncos resecos y lo que te sobre de algodón en un bolsín de cuero. Con algo de tinta roja darás en el centro varios trazos: Una raya vertical que simboliza tu persona; otra horizontal sobre ésta que te traerá hegemonía;  y a la izquierda y luego arriba dos medios círculos en señal de respeto y admiración por aquéllo que anhelas."

Y terminaba con una frase en inglés que sentenciaba: "One day this omen will wanna fall."

Salí de la caseta, cogí el primer bloque y lo dispuse en el suelo. Hacía bastante calor.


sábado, 16 de junio de 2012

Narrador y truhán

He aquí el final del camino, Narrador. Sí, ya lo sé. Estuvo bien, pero no es lo correcto, no pertenezco a este lugar. Mi laúd me pide caminar y tomar los senderos de las montañas altas y los valles verdes, los extensos campos de trigo bajo el sol y el litoral al mediodía. ¿Que qué me falta, Narrador? Nada, lo tengo todo: el rayo de la tormenta y la cinta. Ah, y la Luna menguante que me mira cada noche. Sí, no me falta de nada. Tengo suerte y estoy en racha.

Nunca fui de grandes discursos ni ningún gran orador, Narrador, y es algo irónico que un viajero como yo no termine de expresarse cuando de éso me gano la vida. Pero creo que me he entregado bastante y he hecho bastantes amistades como para volver algún día. El camino me aguarda y creo que es hora de partir. Déjame ya, Narrador, que te me pones un poco pesado.


jueves, 10 de mayo de 2012




Pippin: I didn't think it would end this way.
Gandalf: End? No, the journey doesn't end here. Death is just another path... One that we all must take. The grey rain-curtain of this world rolls back, and all turns to silver glass... And then you see it.
Pippin: What? Gandalf?... See what?
Gandalf: White shores... and beyond, a far green country under a swift sunrise.
Pippin: [smiling] Well, that isn't so bad.
Gandalf: [softly] No... No it isn't.

domingo, 8 de abril de 2012

Narrador, a día de hoy, dice:






No hay más paz en el fin de la contienda, sino en lo más profundo del alma y el corazón.

El ángel de la Redención acoge en su seno a todos aquellos viajeros que estén cansado y fatigados.

El camino ha sido largo y la espera hasta donde alcanza el recuerdo.

Déjate, caballero de la Tormenta, deja que te limpie los cabellos y que sane las heridas y descansa.

***

El viaje aún no ha concluido, pero el fin está cerca. Muy cerca de ti.

Ten, toma esto caballero. Toma un mechón de mi pelo y guárdalo cerca de tu pecho. Me llevarás en tí siempre, por muy oscuro que sea el sendero, por muy escarpado que sea el barranco, por muy fuerte que arrecie el viento.

Ahora marcha. Ve en la más arropada gloria y trae a tu corazón las victorias que te aguardan. Recuérdame en la luz de la mañana y en el brillo de la tarde. Recuérdame.

lunes, 12 de marzo de 2012

En un lugar más allá del océano.





El
frío abismal que inundaba las pasarelas acristaladas bajo presión en lo más profundo de Rapture dejó de serle tangible desde hace ya mucho, mucho tiempo. Los pasos cansados resultaban cargados y sonoros, pero ya nadie iba a oírlos. Las válvulas de los pesados y corroídos tanques rechinaban levemente dejando salir y entrar gases en la pesada forma que habitaba debajo de la escafandra.

Ya era la hora de ir a buscarla. Lo necesitaba. Necesitaba protegerla, darle la mano y oír su dulce voz.

"Señor Pompas". Le encantaba oír decirle éso. No sabe bien por qué. No recuerda nada, ni a nadie. Él camina, a veces solo y a veces entre fantasmas.

Fantasmas en lo más profundo de su cabeza, producto de los experimentos del ADAM, que resurgen en los pasillos rememorando escenas de otros tiempos, antaño mejores.

Fantasmas en forma de humanos. Fantasmas en forma de música.

Apretó los guantes, pero no sentía el tacto ni de su propio cuerpo. Al llegar a la pared al final de la pasarela, levantó el brazo pesado, dejándolo caer sobre el cobre oscuro.

Papi llama. Es la hora de dar un paseo, hija mía. Te llevaré a ver a otras muchachitas.

Algo sonó en lo más profundo del conducto. Parecido a una risa.

Allá en lo más frío del fondo del mar, en aquella pasarela acristalada donde se contempla la más grande maravilla arruinada, el Señor Pompas daba la mano a su niña. La ciudad se veía al completo desde aquélla pasarela.

En algún lugar más allá del mar existe la felicidad para cada uno de nosotros.

En algún lugar más allá del mar.


jueves, 16 de febrero de 2012




Con lo grande que debe de ser y lo que tiene que pesar. Hijo, no te asomes al tejado y aléjate de la buhardilla. Que lo que descansa sobre las tejas escapa a tu imaginación. Y aunque no haga ruido alguno, murmura con las estrellas buscando volver de la dimensión de la que se perdió.


Por favor, no salgas. No te asomes. Tápate y piensa en cosas bonitas.

Por el amor de Cristo, hijo mío, déjale estar hasta que se vaya. No le molestes.

miércoles, 8 de febrero de 2012

He looked around.

Nobody was there.

Exhausted, he fell into the ground. His essence was oozing from his mouth and eyes. The beast recoiled and returned finally to the void, ending the duel.

He was exhausted.

Run out of mana.

martes, 17 de enero de 2012

Vimos con la nave no lejos del puerto,
el viernes cuando velas desplegamos
una bella doncella que en la mano
llevaba un peine y un vaso.

Tormentosos soplaban los vientos.
Y el mar embravecido rugía.
La gente de tierra estaba abajo
y los marineros subían arriba.

Así habló el capitán de nuestra nave,
un hombre joven y valiente:
"Tengo en Bristol mujer e hijo,
pero temo que viuda quede."

Tormentosos soplaban los vientos.
Y el mar embravecido rugía.

Entonces así habló el joven grumete,
un chico muy bello que había que ver:
"Tengo más pena por mi padre y por mi madre
que la que vos tengáis por vuestra mujer."

Tormentosos soplaban los vientos.

Tres vueltas dio a nuestra nave,
y tres más ella volvió a dar,
pero sin barca todos cayeron
a una muerte húmeda en el fondo del mar.