sábado, 16 de junio de 2012

Narrador y truhán

He aquí el final del camino, Narrador. Sí, ya lo sé. Estuvo bien, pero no es lo correcto, no pertenezco a este lugar. Mi laúd me pide caminar y tomar los senderos de las montañas altas y los valles verdes, los extensos campos de trigo bajo el sol y el litoral al mediodía. ¿Que qué me falta, Narrador? Nada, lo tengo todo: el rayo de la tormenta y la cinta. Ah, y la Luna menguante que me mira cada noche. Sí, no me falta de nada. Tengo suerte y estoy en racha.

Nunca fui de grandes discursos ni ningún gran orador, Narrador, y es algo irónico que un viajero como yo no termine de expresarse cuando de éso me gano la vida. Pero creo que me he entregado bastante y he hecho bastantes amistades como para volver algún día. El camino me aguarda y creo que es hora de partir. Déjame ya, Narrador, que te me pones un poco pesado.


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