En mi piel sólo un recuerdo existe
que mi mente de vislumbrar no deja,
Y es el paso de tus labios que aleja
mi esencia primordial, que aún resiste.
Fogosa mirada que sí persiste,
Sonriente y brillante Luna refleja,
¿Cómo escapar ante tal compleja
belleza que suavemente me embiste?
Anonadado y abatido me hallo,
tu presencia onírica me tiene en vilo
desde el ocaso hasta que canta el gallo.
Me levantaré al lorenzo intranquilo
e iré a tu palacio de carne y hueso a caballo
para robarte un beso en el sigilo.
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