lunes, 21 de enero de 2019

Bailar y mecer. El viejo y el mar.


Si quieres puedes bailarle al mar o dejarlo pasar.

Toma tiempo subir lomas, guardarte las garras y escribirte normas. Pero toma más tiempo en averiguar que el agua fría del todo no está. Que no por ir sólo vas a romper todas las olas por no querer llegarte a mojar, porque mojar te vas a mojar, y las olas vienen y el viento se va y le va a dar igual que tú seas agosto que Carnaval.

O si quieres puedes bailarle al mar o dejarlo pasar.

Callar y a saborear de lo manchado y lo tibio, de lo frío del cambio y lo turbio del connubio que tenemos con la mar. Puedes quejarte, pero te vas a mojar igual. O puedes bailarle y mecerte si quieres un rato, que con ella no más que un trato. O también dejarlo pasar sin más y mojarte hasta el olfato, que de tanto acostumbrarse, tampoco se está tan mal.

Y ya de paso, después de eso, si quieres, bailar.

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