miércoles, 20 de abril de 2016

La garza y el naranjo.



Me duele la tierra que piso.
Me duele porque me sacude por dentro y por fuera, fachada y alambres.
Cuando la gente habla en idioma que no conoces y a ti te cuesta pronunciar y vocalizar en tuyo materno es cuando el agua te sube por las rodillas y no puedes verte los pies. Y hace frío.

Cuando piensas que lo que tocas no es real, porque nadie lo ve real. 
Cuando miras de maneras olvidadas que ni siquiera existen y todos los demás miran de la misma única manera.
 Cuando el Sol no calienta y las nubes son tan trasparentes como opacas.

Cuando todo esto ocurre, la garza se posa en el naranjo.

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